Ya que no es físicamente posible determinar el tamaño real de cada partícula independientemente del suelo, la practica solamente agrupa los materiales por rangos de tamaño. Es evidente que el material retenido de esta forma en cualquier tamiz consiste en partículas de muchos tamaños.

Los tamices son hechos de malla de alambre forjado con aberturas rectangulares que varían en tamaño desde 101.6 mm (4”) en la parte más gruesa hasta el numero 400 (0.038 mm) en la serie correspondiente a suelo fino, en la practica el tamiz más pequeño es el tamiz No. 200 (0.075).

Actualmente en México no existe un juego universal de mallas, la mayoría de los estados utilizan lo descrito por las normas SCT y NMX, sin embargo, en algunas empresas privadas se utilizan los descritos en las normas americanas AASTHO y ASTM. La diferencia principal se encuentra en las mallas utilizadas para los agregados finos, en especial para rango de las arenas, utilizándose en las normas mexicanas las mallas 10, 20, 40 y 60, y siendo las mallas 8, 16, 30 y 50 sus contrapartes en las normas americanas. El proceso de tamizado no provee información sobre la forma de los granos de suelo, si son angulares o redondos. Solamente da información sobre los granos que pueden pasar, o que orientación adecuada pasa, a través de una malla de abertura rectangular de un cierto tamaño.